jueves, mayo 26

Manos abiertas

Siempre me he preguntado cuánta verdad hay en las líneas que nos surcan las palmas de las manos, en los augurios que pueden leerse en ellas, si es cierto que se trata de un libro con dos caras que guarda nuestro destino codificado. Incluso a sabiendas de que no es más que la herencia de cuentos viejos, de creencias populares sin base alguna, convertidas hoy en día en supercherías para engañar y sacarle dinero a la gente, me sigue atrayendo el misticismo que envuelve las mentiras. Creo que de pequeña, después de creer en las hadas y pedir deseos a las estrellas, no supe parar a tiempo esa creencia infantil e innata que se tiene en la magia.

Pero dejando a un lado líneas de vida, de muerte, del trabajo, fortuna o del amor... es imposible negar que las manos de una persona dicen mucho de ella. Deformidades de profesión, cicatrices que resisten el paso del tiempo, manchas y arrugas. Las mías, últimamente, no están casi nunca limpias: o bien tienen salpicaduras de pintura, barro debajo de las uñas, o restos de cualquier otro material que me sirva en mis trabajos... como el esmalte de uñas que tengo a puntos en las yemas de los dedos ahora mismo. Anillos, pulseras, colores... hablan de gustos y personalidades. Los dedos hábiles, o por el contrario las manos torpes, delatan algunas de nuestras cualidades. También emociones, como enormes carteles luminosos que no nos permiten esconder el nerviosismo o la impaciencia. Realmente, cualquiera con suficiente ojo perspicaz puede averiguar mucho de alguien observando sus manos con detalle.

Dicen que los ojos son las ventanas del alma, y si eso es así yo estoy convencida de que las manos son las puertas que llevan a ella. Son los pies que no tocan en el suelo, nuestra primordial herramienta de trabajo, el contacto que nos enlaza con los demás. Con las manos somos capaces de cuidar de nosotros mismos y de cuidar a los demás, podemos comunicarnos y podemos amar, creamos, fabricamos, destruimos. Damos y recibimos.

Me he pasado mucho tiempo con la mirada fija en mis propias manos; pendiente de hacer una cosa, luego otra, y luego otra... así sucesivamente, intentando no tener demasiados problemas, limitándome meramente a sobrevivir en algunas ocasiones sin prestar demasiada atención a lo que realmente estaba haciendo en cada momento. Sin preguntarme a mí misma si era capaz de hacer las cosas mucho mejor.
Mis manos son ahora diferentes. Ahora, apenas las reconozco. Están manchadas, ansiosas, parlanchinas. Estoy mutando, aunque todavía no se muy bien en qué. No me preocupa, sin embargo, porque la espera es emocionante y estoy convencida de que la expectación se verá recompensada con una bonita sorpresa.

Mientras tanto, permaneceré con las manos hacia arriba, al loro para atrapar cada oportunidad que tenga el valor de cruzarse en mi camino.

[Imagen por Midnight-cat]

3 comentarios:

InfusiónDeLotoNegro dijo...

Mis manos son pequeñas y suaves, al menos eso dicen…
También dicen de mí, que se acariciar muy bien. Quizás sea verdad toda esa mística de las manos.
No sabemos realmente qué importancia tienen las manos, más allá del famoso pulgar oponible que nos diferencia de los animales.
Pero si podemos aventurar que tus manos YA son importantes, porque serán las culpables del arte del futuro próximo.

Como siempre compañera, hilando fino.
Debo decirte que tu anterior entrada, me ha vuelto a confirmar la facilidad que tienes para relatar los acontecimientos, yo diría que casi a nivel molecular, de todo un desfile de personajes.


EN OTRAS PALABRAS


Que me ha encantado todo, un enorme abrazo y una cosa más:
No dejes de creer en hadas y pedir deseos a las estrellas, algún día, todo cambiara.

Anaid Sobel dijo...

Mis manos son de dedos largos yo creo que a base de tocar el piano y la mano derecha tiene el dedo anular manchado de tina de coger mal el boli. Tengo un anillo plateado en cada pulgar y una corchea dibujada en la mano izquierda que temo se haya vuelvo imborrable...
Las manos son el reflejo de lo que haces y del esfuerzo que pones en ello.

Desde que tengo memoria me encanta mirar las manos de la gente, de ellas se puede percibir mucho, y no se... son como un esquema de todo lo que te puedes encontrar en una persona.

GENIAL la entrada^^

jag. dijo...

Hola Energeia

Con los ojos leo lo que escriben tus manos, que intuía en tus ojos.

De alguna manera sabes que todo es sencillo, y que eso es la magia. Que es fácil y se deja creer.

Tu entrada tiene tu mirada. Lo consigues!

Con mi comentario te envío mis manos abiertas.