domingo, marzo 20

... y te dirán que ya no eres tan dulce, porque el amor lo sabes esconder...

Mi calendario no es el que empieza el uno de enero y termina el treinta y uno de diciembre, sino el que da comienzo con la llegada de la tibia primavera. Porque... aunque sea la estación que menos me gusta, es donde suceden la mayoría de los sucesos que han influido más en mi vida. Si hubiera escrito un diario de los últimos años, serían las páginas de los meses correspondientes a la primavera los que ostentaran el récord de lágrimas derramadas.
Este 2011, sin embargo, se mantiene extrañamente silencioso, haciéndome sospechar una traición. Las piedras callan, los tempranos brotes no cantan con su tradicional alegría, el oráculo de las nubes aprieta los labios sin dar una sola pista. La música me suena triste en los oídos, el pensamiento se me escapa alto e inquieto, las noches se retuercen en mi cama sin poder descansar el peso de los minutos transcurridos.
No estoy segura, no estoy tranquila, la confianza se me escurre entre los dedos. Y al cerrar los ojos ni siquiera tengo claro con qué deseo soñar. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no te preocupes que este Primavera 2011 tienes a tu esposo Maki al rescate!!
><

Adler dijo...

Impresionante.
A mi tampoco me gusta la primavera, la naturaleza va por delante de mí y ella sonríe cuando yo me empiezo a aletargar con el calor, me engaña para que sueñe con las vacaciones y me recuerda que el tiempo pasa demasiado rápido.