sábado, febrero 13

Imposibles

[Imagen por nerdynotdirty]

- No te pares.

Amy entrelazó el brazo con el de Vera y apretó el paso. Su amiga, que estaba contándole algo sobre su última juerga el fin de semana anterior, se vio interrumpida por la brusca carrera a la que estaba siendo arrastrada. Molesta, se detuvo con un frenazo.

- ¿Qué te pasa? ¿Me estás escuchando?
- ¿Me has oído tú a mí? ¡Te he dicho que no te pares!- musitó Amy, volviendo a caminar.

Vera, curiosa, giró la cabeza para mirar hacia atrás.

- ¿Se puede saber qué ocurre? ¿Hay algún profesor al que no quieras encontrarte...? ¡Eh! ¿Ese de ahí detrás no es el tío bueno que te estaba tirando los tejos hace poco?
- Precisamente de él es de quien quiero...
- ¡Amy!

Amy masculló entre dientes mientras alzaba los ojos al cielo y por un momento se planteó la idea de echar a correr y escapar de allí. Pero Vera le agarraba el brazo con fuerza, riéndose como una tonta. Silbó.

- Míralo, aquí lo tienes.

Se giró y vio a Dem corriendo a su encuentro. Un estremecimiento hizo que se le pusieran los pelos de punta al recordar el episodio en el aparcamiento y también la última conversación que había tenido con Connor.

- Si me pide hablar a solas... no te vayas lejos y quédate vigilándonos, ¿vale?- le susurró a Vera al oído.- Por favor.
- Oh... bueno, vale.- aceptó ella, un tanto desconcertada.

Dem les sonrió forzadamente a ambas cuando se detuvo ante ellas. Su bata, como era habitual, estaba completamente impecable.

- Hola. Amy... ¿podemos hablar un momento?
- La verdad es que tengo un poco de prisa...
- Por favor. Sólo unos minutos.

Debería haberlo mandado a la mierda, pero no lo hizo y por el contrario, asintió. Se separó de Vera y Dem la siguió. Sin embargo no se fue muy lejos. Si Vera hubiera agudizado el oído, podría haber escuchado sin grandes problemas su conversación. Dem bufó, disgustado por la falta de intimidad.

- Quería disculparme por lo que hice el otro día.
- ¿Ah, sí? Pues yo no quiero saber nada de ti nunca más.
- Tienes que entenderme, Amy.- dijo él, con tono persuasivo.- Ese Connor con el que estás... es muy peligroso.
- ¿Peligroso? Yo creo que el peligroso eres tú. Le pegaste.
- ¡No lo comprendes!- exclamó, rabioso de repente.- ¡Es un asesino!
- No lo es. Sé lo que pasó, porque me lo ha contado. Yo estoy de su parte, y pienso que la sentencia que se le aplicó fue injusta.

Dem la agarró del brazo con tanta fuerza que le hizo daño, clavándole las uñas en la piel. La obligó a acercarse a él hasta que sus narices casi se tocaron.

- No tienes ni idea de nada. ¿Injusta? ¡Deberían de haberlo condenado a muerte! ¡No sabes lo que se siente al...!
- ¿Amy?- la llamó Vera que, preocupada, observaba la escena desde lejos.
- Suéltame, Dem.

Él la miró airadamente con sus ojos claros y la soltó haciendo rechinar los dientes.

- Te vas a arrepentir de esto, Amy. Recuerda lo que te he dicho.

Dicho aquello le dio la espalda y se alejó a grandes zancadas por el desierto corredor. Amy, paralizada y temerosa, no pudo más que pensar que el nombre le iba a la perfección.

Era un demonio.

1 comentario:

daniel dijo...

Me cuesta verle alguna viruta de humanidad. Sí, debe ser un demonio.
¿A ver con qué tretas o planes nos saldrá?
Me encanta esta historia, la sigo con asiduidad aunque siento no haberte comentado antes.¡Mea culpa!
Algún que otro comentario siempre anima, lo sé :P
Gracias por mantenerme en vilo ^^