sábado, noviembre 7

Reiki-Do

Ayer fui al Salón Especial Japón que hubo en Granada, con dos amigos.
La verdad es que no había gran cosa... pero tanto mis amigos como yo experimentamos algo, por lo menos, curioso y de difícil explicación.
Al lado del stand de las Termas Japonesas que hay en la ciudad, había uno llamado Reiki-Do, donde tres mujeres ofrecían información acerca de qué era aquello. Violeta y Pepe ya habían escuchado hablar de él, pero yo no tenía ni idea.

Reiki es un sistema de sanación mediante la emisión de energía de la vida a través de la imposición de manos. Con el Reiki pueden tratarse enfermedades físicas, emocionales y nerviosas, tanto sobre uno mismo como sobre los demás.

Reiki puede ser practicado por cualquier persona, no hace falta tener conocimientos previos o una predisposición especial. Es un instinto natural imponer las manos sobre el cuerpo cuando nos damos un golpe o sentimos dolor. Todos tenemos la capacidad natural de emitir energía por las manos para aliviar o curar todo tipo de dolencias, como cuando nos aplicamos la mano en la cara para calmar un dolor de muelas. Iniciarse en Reiki consiste en reconocer este potencial instintivo y aprender a usarlo voluntariamente con mayor intensidad.

El Reiki-Do es una vía de auto-conocimiento a través del aprendizaje de la energía humana y de las maneras de conseguir su equilibrio para alcanzar un correcto estado físico, mental y espiritual primero en uno mismo, para luego ser capaz de transmitirlo a otras personas.

Seguir el camino del Reiki-Do es una manera de iniciarse en la sanación natural que le aportará serenidad y equilibrio en su vida, además de habilitarle para extender la salud en su entorno.

(Información sacada de la página Sol y Luna, que podéis visitar para conseguir más datos históricos acerca del Reiki.)

Al ver nuestro escepticismo, nos ofrecieron una sesión gratuita de prueba. A Pepe y a Violeta les tocó antes que a mí, y como la única camilla que había en el stand ya estaba siendo ocupada por otra muchacha, ambos se sentaron en sillas. Yo estuve observando durante todo el proceso. Las mujeres ponían las manos sobre sus cabezas, a menudo sin establecer un contacto físico, en las sienes, los oídos, el pecho y la espalda. Ellos tenían los ojos cerrados.
Cuando acabaron con ellos, me tocó a mí, y como la camilla ya se había quedado libre, me tumbé. Pero no tuve mucho tiempo para experimentar ya que me hicieron Reiki menos tiempo que a ellos. Eso sí, noté algo. Para empezar, me serené bastante. Advertí cómo se me regulaba la respiración sin hacer yo nada por regularla, y me sentí muy cómoda y muy a gusto. Vi un fogonazo de luz anaranjada, a mi izquierda, como si alguien me hubiera lanzado un flash de foto justo encima de los ojos. En ese momento me estaba doliendo la barriga, y se me quitó. También me había despertado aquella mañana con un leve tirón en la espalda, y la molestia también desapareció. Además, llevaba todo el día de mal humor. Me había despertado con el pie izquierdo y además los hechos transcurridos sólo lo habían empeorado (me caí por unas escaleras en la calle).
Y después del Reiki, estaba de un humor estupendo. Tan estupendo que incluso me dio la risa tonta y no podía parar de reír, como si me hubiera tomado un par de cervezas. Le di incluso un abrazo a mi amigo Pepe, y eso es algo que no sucede jamás en la vida. El resto del día lo pasé cercana al estado de euforia.
Mis amigos también vieron, los dos, dos fogonazos de luz parecidos al mío y sintieron también cosas distintas.

Fue tan curioso que he querido dejar la experiencia escrita por aquí.

1 comentario:

Carlos dijo...

Vaya, pues sí que es una técnica curiosa xD
Bueno, supongo que para curarse, lo que sea xD
Firmo rapidito que tengo al de Mediamarkt pegado al trasero y... XS
Un besazo Carlos