jueves, mayo 17

IASADE -102-


Una vez sentada en el sofá púrpura de la sala de estar, con los pies apoyados sobre la mesa, dejó vagar su abstraída mirada a través de la puerta acristalada que daba al balcón. Y se dio cuenta de que había cometido un error. De que había sido una insensata.

El piso estaba muy bien situado; en una calle modesta y a diez minutos andando de la Facultad. Era pequeño pero acogedor, y lo suficientemente espacioso para una persona; constaba de un dormitorio, un baño, un estudio, salón, cocina y balcón. Internet, gas y calefacción. Amiss no tenía ni idea de quién se había ocupado de la decoración, pero le encantaba. Colores cálidos e intensos, mobiliario de manera oscura, biombos de madera que daban un toque de intimidad y elementos decorativos de culturas exóticas.
E incluso ella, con su limitado conocimiento del mundo mortal, sabía que muy pocas personas podían permitirse un hogar así. Y menos una estudiante universitaria.

- ¿Te gusta?- preguntó Mikäh, paseándose frente a la estantería que cobijaba la televisión, observando de cerca un par de estatuillas con forma de dragón oriental.
- He sido una estúpida.- murmuró, pasándose las manos por los ojos.- Una completa estúpida.
- ¿Qué pasa?- inquirió, arrodillándose a su lado.

Aquel gesto la conmovió, pero no espantó su malestar.

- No tengo nada planeado.- explicó ella, ansiosa.- Me he metido de cabeza aquí sin saber qué hacer, sin información a la que atenerme, sin una historia que avale mi situación, sin conocer a mi usuario.
- Mmm…- Mikäh asintió de forma imperceptible.- Pero… ¿no es eso lo que haces siempre?
- ¡Sí, pero esta vez es peor!- exclamó ella, levantándose de golpe.- Siempre me dejo llevar, y eso ya de por sí es un error. Se supone que debería documentarme primero.
- No…
- Las veces anteriores tuve suerte y no fue tan grave, porque la tarea era “relativamente” fácil de cumplir, aunque con Claudia ya me equivoqué. Me lancé de lleno a por ella sin tener en cuenta, en un primer momento, que debería acompañarla durante el embarazo. Fueron seis meses.
- Eso no es tan grave…
- Podría haberlo sido, pero por suerte mi contacto con Claudia era bastante limitado. Ahora he sido una inconsciente total. No sé cuánto tiempo tengo que estar aquí, prácticamente viviendo entre mortales continuamente. Sólo conozco el nombre de mi usuario y su procedencia, nada más… No sé cuánto tiempo planea quedarse aquí. No tengo una historia que sustente este apartamento. No sé lo que tendré que hacer en las clases de la Universidad. ¿Y si no doy la talla?
- Amiss, tranquilízate.- le dijo, colocándose frente a ella y apoyando las manos sobre sus hombros.- Tranquila, no pasa nada.
- ¿Cómo que no pasa nada…?
- No, escúchame. Ésta es tu forma de trabajar, siempre lo ha sido. Desde el primer momento, has elegido a tus usuarios por impulso. De forma visceral. Y siempre has dado lo mejor de ti para ayudarlos, lo has conseguido en todas las ocasiones. Esta vez no es distinto. ¿No has preparado una historia? Da igual, puedes hacerlo ahora, eres capaz. ¿No conoces a tu usuario? Vas a interactuar con él todos los días, vas a poder conocerlo mejor que si hubieras dedicado una semana entera a observarlo desde lejos. Y por la Universidad no te preocupes, no es tu prioridad. Ya se encargarán los sabios de que aparezcan buenas notas en tu expediente.- añadió, con una sonrisa.
- Pero… ¿por cuánto tiempo?
- ¿Cómo?
- ¿Y si su Ambición es… yo que sé, convertirse en el mejor pinto del mundo? ¿Cuánto tiempo me llevará?
- ¿Y qué más da?- rió él.- ¿Acaso tienes prisa por acabar para hacer otra cosa? Es tu tarea. Y lo has elegido tú, porque quieres ayudarle. No te preocupes por eso.

En vez de contestar, Amiss se clavó la mirada en los pies y se mordió el labio. Mikäh suspiró.

- No te lo guardes, dispara. ¿Qué es lo que realmente te da miedo?
- Por un lado, el tiempo.- murmuró ella, dejándose caer de nuevo en el sofá y hundiéndose en él.- ¿Qué pasará si acabo por recordarlo todo… antes de acabar? Por otro lado, la situación. Ya nos hemos dado cuenta de que los usuarios que elijo, tienen algo en común con Cassidy. Con Ollie, incluso llegué a ver a… su madre. Entonces no sabía nada, pero ahora todo ha cambiado. Ahora lo sé. ¿Y si tengo un nuevo encontronazo…?
- Amiss.- dijo él, con tono tranquilizador.- No tienes que pensar en eso. Eres una Mediadora, tu función es cumplir y ya está. Ayudarás a tu usuario, durante el tiempo que te sea necesario, y no hay nada más.

El alma blanca miró de nuevo a través de la puerta del balcón y asintió en silencio, aferrando con fuerza la mano de Mikäh dentro de la suya. Sí, eso podía hacerlo.

- ¿Cómo se llama el afortunado, por cierto?
- Isaac. Isaac Espejo Chevalier. Curioso… ¿no crees?

2 comentarios:

Anelys dijo...

Me ha encantado ♥

Anaid Sobel dijo...

Áis pobre Amiss, tiene miedito la pobre... la entiendo perfectamente. Tener a un artista por usuario ha de ser un show!!!

A ver lo que pasa !