lunes, febrero 7

Calcetines desparejados

En negro, personaje masculino y en rojo, personaje femenino.

Era como estar todo el día subido en una montaña rusa.
Todo da vueltas y vueltas sin parar.
La euforia del momento daba paso a más euforia, incluso mientras dormía.
Las direcciones se confunden, y se mezcla el norte con el sur y el este con el oeste.
Te olvidas de que un día puede terminarse
Crees que un adiós no puede ser tan doloroso
y cuando se acaba, sólo te queda tu vida derrumbada porque los cimientos han desaparecido.
y de repente te das cuenta de que los pies se te han ahogado en un abismo.
Corazón y mente, ambos desconectados de mi cuerpo pero respirando al mismo tiempo
Antes me temblaban las manos
mientras los días se borraban uno detrás de otro.
pero lo peor de todo es que ni siquiera recuerdo cómo pasó.
Nunca he creído en la suerte, ni siquiera en la del principiante.
Una noche soñé con alguien a quien no conocía.
Aunque siempre he deseado encontrarme, por casualidad, un trébol de cuatro hojas.
Se sabía la letra de mi canción.
Una vez pensé que tal vez ese trébol tuviese nombre
Siempre he querido encontrar a mi media naranja
y que quizás estuviera allá fuera, por ahí, buscando también la suerte personificada.
y anhelado comprender lo que es sentirse “uno” en dos.
Pero intento no perder el tiempo soñando despierto
Me paso las horas sentada en la mesa mirando por la ventana
alimentándome de ilusiones fantasmas
con los ojos clavados en las nubes, buscando formas invisibles.
dispuesto a no regatear si se me ofrece un único deseo en vez de tres.
Tengo la sensación de que me he pasado la vida soñando.
Mi teléfono no suena.
¿Dónde estás?
Y yo hace tiempo que perdí la esperanza por temor a perder la cordura.
Tengo frío… y miedo.
No sé si echar a correr, luchando.
No llegues tarde… te estoy esperando todavía.
Mi respiración agitada se convierte en vaho al entrar en contacto con el aire gélido.
Se me congelan los dedos de los pies y los de las manos, sentada en la calle.
Bueno, creo que puedo tomarme algo.
¿Cómo prefieres el café?
El café me recuerda a las tardes de tormenta sin salir de casa.
Una vez me dibujaron un corazón en la crema del capuchino.
Me pregunto porqué estoy aquí, después de todo.
Nunca me han dado un beso con labios mojados por la lluvia.
Y sin embargo, tampoco se está tan mal.
No tienes porqué escucharme, estoy hablando conmigo misma.
Creo que podría darme a mí mismo otra oportunidad
La puerta está allí mismo
para intentar hacerte feliz.
pero me gustaría que te quedaras.


Texto inspirado en la obra "Zapatos Parlantes" de Eva Lootz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ohh lo has publicado en el blog :D

Energeia dijo...

Sí :P