lunes, febrero 9

Linlithgow Palace

La fuente era asombrosa. Hermosa, y aún mismo tiempo, siniestra. Y aunque estaba restaurada, la piedra seguía enverdecida por el musgo. Era de forma octogonal y tenía tres diferentes estratos, ricamente decorados. En el primero, alternando una esquina sí una no, se erigían cuatro figuras de animales sentados sobre sus cuartos traseros. Desde los pilares donde éstos se asentaban nacían unos arcos que los unían con el estrato superior. Éste estaba más recargado que el anterior puesto que en cada esquina tenía una escultura humana, de pie, hombres en su mayoría que portaban nada o algún tipo de instrumento u objeto. Y en el último estrato, desde donde se elevaba un pequeño templete sostenido por cuatro pilares y coronado por una cruz, sobresalían ocho cabezas, mezcla de hombres y mujeres, animales y seres mitológicos, de cuyas bocas en un tiempo pasado había manado agua. Me quedé observándola atrapada, sin poder apartar los ojos de las esculturas. No eran especialmente fieles a la realidad, ni tampoco muy elaboradas, pero tenían algo... algo tétrico y hechizante al mismo tiempo. Me dio la sensación de que en cualquier momento una de ellas movería los ojos al seguir mi avance alrededor de la fuente, que enseñarían los dientes y me maldecirían. Parecían muy vivas.
Todo estaba en silencio. No éramos las únicas visitantes, pero en aquel momento nos habíamos quedado solas. Los muros que daban al interior del patio, con sus ventanas desnudas y vacías, parecían susurrar. La oscuridad que anidaba más allá del umbral de las puertas que quedaban abiertas ante nosotras nos aguardaba. De vez en cuando se escuchaba el batir de alas de un cuervo o una paloma que había quedado encerrada en aquel palacio que, a pesar de ser poco más que ruinas, seguía latiendo y conservando parte de su antigua majestuosidad.

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Pues lo dicho, que me encantó el Palacio de Linlithgow. Os dejo unas fotillos, aunque nada se compara a poder entrar y explorarlo por uno mismo.

2 comentarios:

Princess Beia dijo...

Chulísimo, doy fe. Si a me me ofrecieran ir diría sin duda "¡cuenta con mi hacha!" así que todo el que tenga oportunidad que no se lo pierda :-)

Rubén Mato dijo...

Como ya debes saber, eres una gran descriptora de ambientes. Enséñame, maestra Nadia >_<

Me han gustado, el relato y el castillo, digo.

A ver si puedo ir a hacerte una minivisita :P