martes, noviembre 11

London

No sé por donde empezar. El viaje ha sido alucinante, increíble, me ha encantado Londres y he disfrutado con mis amigos. Me lo he pasado pipa, aunque he acabado cansadísima. Sin embargo, ha merecido la pena. Espero volver este año alguna vez más, hay cosas que se me han quedado por ver y otras en las que me hubiera gustado gastar más tiempo del que disponía.

El primer día dejamos Stirling en tren para ir hacia Glasgow. Conseguimos una muy buena oferta por la que compramos el billete de tren de Stirling a Glasgow, el de Glasgow hasta el aeropuerto y lo mismo a la vuelta, por ocho libras y pico. Una vez en Glasgow quedamos con los que ya estaban allí, estuvimos en un pub tomando una cerveza y charlando. Luego nos fuimos a la otra estación desde la que salía el tren para el aeropuerto. El aeropuerto era pequeño, y por suerte no cerraba durante la noche. Teníamos seis horas por delante hasta que saliera nuestro avión, así que matamos el tiempo como pudimos. Yo estuve escuchando música, leyendo un poco, jugando a las cartas, comiéndome los bocadillos que me había preparado en casa... luego intenté dormir un poco, pero el hacía mucho frío y de estar tirada en el suelo, acabé despertándome congelada.

Tuvimos unos pequeños problemillas a la hora de coger el avión, pero nada grave. El vuelo fue un poco extraño, y no me gustó. A pesar de durar sólo una hora, hubo un momento en mitad del trayecto que el avión hizo una cosa muy rara. Empezó a descender muchísimo de golpe. Me asusté, la verdad. Y me mareé muchísimo, ya que estaba todo el rato girando de un lado a otro. Pero llegamos sanos y salvos al aeropuerto de Standed (no estoy segura de si se escribe así), a una hora en bus de Londres. Compramos los billetes de ida y vuelta para el bus y nos encaminamos a la ciudad.

Allí, siguiendo las indicaciones de los amigos nuestros que habían llegado antes que nosotros y tras comprar un billete de metro que nos servía para coger metro y bus durante los tres días que estaríamos allí, nos dirigimos al hostal. No era una maravilla, ni mucho menos, pero no estaba mal. Y además, estaba a cinco minutos o menos de la estación de metro. Nos costó veinte libras las dos noches con desayuno incluido. La habitación que compartí con Bárbara, María, Jessi y Sheree tenía lavabo, espejo y ducha. Al llegar, todo el mundo menos Bárbara y yo se acostó a dormir un par de horas. Pero nosotras nos quedamos con los internacionales, Thomas, Susi, Dani, Dave y Patrick, y fuimos a dar una vuelta. Vimos el Big Ben, el Buckingham Palace, el London Eye, Picadilly, Trafalgar Square, y estuvimos comiendo en el Subway. Luego nos pasamos por China Town y estuvimos en una taberna tomando algo, con dos amigos de Bárbara que se nos unieron. Volvimos al hostal para cambiarnos y ducharnos y luego nos fuimos todos juntos por ahí, de noche. Acabamos en un pub-barco, atracado en el río, bebiendo, bailando y todo eso. Hubo algunos problemillas a la hora de regresar al hostal... pero al final lo conseguimos sin perder a nadie.

El segundo día nos levantamos a las once y media y nos fuimos al Mercado de Portobello. Pasamos toda la mañana allí viendo los puestos y tiendas... comimos un auténtico hot dog y seguimos paseando. Me compré dos camisetas y unas bolitas que al mojarse se hinchan y absorben el agua. Sirven para sustituir tierra en un jarrón con plantas y además son de colores y muy curiosas. Por la tarde visitamos el London Bridge, paseamos más cerca del London Eye y fuimos al Tate, un museo de arte moderno. Compramos algo de cena en un Tesco Express (todos los bares, restaurantes, incluso el McDonal estaban cerrados a las nueve de la noche) y regresamos al hostal. Nos duchamos y cambiamos y nos bajamos al pub del hostal, que tenía música, futbolín, billar y bar. Nos tomamos unas birras y yo, al menos, me fui pronto a la cama.

El tercer día nos levantamos temprano y fuimos a Candem Town. Una flipada impresionante, dios mío, me encantó. A todo el que le guste el rollo punk, heavy, estilo Tim Burton y todo eso puede encontrar allí su paraíso. Todo estaba lleno de tiendas y mercados. Me compré un cinturón, una lámpara de papel cuadrada, unos cordones para las zapatillas y una sudadera grande negra que dice "I love London". Comimos en un puesto de comida china y luego nos reunimos con los demás para volver. Fuimos al British Museum, y fue quizás lo que más me gustó. Hubiera querido ver las cosas con más detenimiento y también las salas por la que no pasábamos, pero era imposible. Vi las momias de Egipto, y las salas de Grecia.

Y no cuento más porque ya llevo intentando completar la puñetera entrada dos veces y se me corta internet, no tengo ganas de repetir lo mismo. El caso es que llegué bien, me acosté al llegar a las doce y media y me desperté a las once y media de la noche muerta de hambre. Que lo he pasado de puta madre y que subiré fotos cuando las tenga.
Ea.

2 comentarios:

Xit dijo...

Hola guapa, me alegra mucho que te lo estes pasando tan bien de verdad jaja.

Sabes me he hecho un blog para ir difundiendo mis amigurumis asi que espero que me hagas algunas visitas y seguramente cuando termine tu gatito aparezca por ahi jajja, se te hecha de menos.

Anónimo dijo...

Sabia que te iba a gustar!!! ò.ó
Veo que apenas has tenido tiempo para respirar pero eso en dosis saludables es incluso deseable xDDD.

Espero que no sea el último relato turistico-festivo que nos cuentes ^^

Cuidate, descansa ahora (JeJeJeJe)y pasalo bien.