martes, agosto 26

Pause

Me gustaría que el tiempo se detuviera un momento para poder pensar detenidamente. Ya ha pasado el verano, y apenas me he dado cuenta. Quería hacer muchas cosas estos días, al principio con una persona, y ahora con otra. Pero ya no me queda mucho verano, al igual que tampoco me queda tiempo. Por suerte, no puedo decir que no lo he disfrutado. He hecho muchas cosas que hasta entonces no había probado nunca, me he divertido mucho y he estado junto a amigos inigualables.
A ellos les doy las gracias... otra vez.
Pero he estado tan absorta en aprovechar el tiempo que no he sido consciente de lo rápido que transcurría, y ahora me encuentro a tan sólo dos semanas de abandonar mi hogar por nueve meses y sin estar mentalizada de ello. No me parece real. Cada vez está más cerca y sin embargo me sigue pareciendo increíblemente lejano. Creo que no lo asumiré hasta que esté subida en el avión, viendo cómo Granada empequeñece hasta desaparecer bajo mis pies.
Ya ha comenzado la cuenta atrás y me quedan mil cosas por hacer. La lista con las cosas que deberé llevar en la maleta sigue sobre mi mesa, a medio terminar. ¿Qué es imprescindible y qué no? Parece una pregunta fácil, pero en realidad no lo es tanto. Tengo que comprarme ropa de invierno, tengo que elegir los recuerdos con los que vestiré las paredes de mi nueva habitación. Tengo que despedirme de mucha gente y no me veo del todo capaz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mejor así!!! te da la posibilidad de arrepentirte, aprender de tus errores, adquirir experiencia...

El tiempo finito no es tan malo como lo pintan si pudieras hacer todas la cosas que te propusieras, perderian la mitad de su valor.
El tiempo infinito no te da la opción de tener que elegir y decidir tu camino. Yo prefiero la vida tal y como es.

Ahí lo dejo caer xDDD

Energeia dijo...

Tienes razón, tienes toda la razón... Pero creo que cuando me queden dos días para tenerlo todo preparado, la ropa tirada por la cama, los gatos dentro de la maleta entorpeciéndome la labor, libros, pendientes, carpetas, todo por medio... entonces agradeceré unas cuantas horas extra, o que el tiempo se detuviera xD

Anónimo dijo...

Has descrito cómo me siento yo.
No siento alegría, no siento pena, ni siquiera miedo, porque no me lo creo. No me hago a la idea de que me iré a Londres, Londres no existe aún.

Y supongo que es mejor, no siento ningún miedo y sé que pase lo que pase habrá que seguir adelante.

¡Suerte!