martes, febrero 2

Vulnerabilidad

Connor se giró muy lentamente mientras Dem salía del coche, sujetando el bastón fuertemente con ambas manos, empuñándolo como si se tratara de un arma.

El muchacho rubio ni siquiera sonreía con superioridad. Sus ojos claros parecían dos brasas ardientes y la línea de su mandíbula apretada se adivinaba fácilmente. Se detuvo a pocos pasos de ellos y escupió con profundo desprecio a los pies de Connor.

- Amy, lárgate.- le dijo, con autoridad.
- Yo no me voy a ninguna parte, Dem. No sé de qué estás hablando, pero aquí el que debería marcharse eres tú. Vamos, Connor...- dijo ella, tirándole del brazo.

Pero Connor no se movió del sitio. Entonces Dem sonrió maquiavélicamente.

- ¿Acaso no sabes quién es? ¿Sabes que estuvo en la cárcel?
- Sí que lo sé, y me da igual. Vete.
- Ah... pero seguro que no sabes porqué lo metieron allí, ¿verdad...?
- No sé quién eres.- dijo entonces Connor, con la voz desprovista de cualquier emoción.- Pero tú voz la he oído antes.
- Claro... no puedes verme, ¿no es así, escoria? Pero reconoces mi voz.

Amy miró a Connor con ansiedad. Estaba completamente pálido y sus brazos temblaban irremediablemente mientras sostenían el bastón.

- No puede ser.

Dem rió fríamente.

- Quien sabe, tal vez haya regresado de entre los muertos para vengarme por lo que hiciste.

Amy sacudió la cabeza. Estaba asustada y no entendía nada. Quería que Dem se marchara y los dejara tranquilos, así que se puso entre los dos muchachos.

- Parad. Dem, por favor, vete ya. Connor, no le hagas caso.
- No tienes ni idea de con quién estás, Amy. Ese al que estás protegiendo tiene las manos manchadas de sangre. ¿Por qué no le preguntas porqué ha estado en la cárcel dos años? A lo mejor no quiere ser sincero contigo.
- Me da igual... Connor, venga...

Connor permaneció inmóvil unos segundos, con la boca entreabierta a punto de formular una pregunta que no llegó a sus labios. Amy tiró de él una vez más y él bajó el bastón y se dio la vuelta, dispuesto a seguirla.

Entonces ambos escucharon un sonido estrangulado a sus espaldas y muy a su pesar, se giraron. Amy posó los ojos en Dem justo a tiempo de ver el puño del joven cortando el aire en dirección a Connor, mientras dejaba escapar un grito airado. Con una velocidad sorprendente, Connor levantó el bastón a tiempo de frenar el brazo. Dem volvió a gritar, esta vez de dolor, y le propinó a Connor una rápida patada en la rodilla izquierda, haciéndolo soltar el bastón y caer al suelo. Amy también gritó, y esta vez se interpuso entre ambos dándole un empujón a Dem y apartándolo de Connor. El chico rubio la miró con furia y por un momento la joven pensó que le iba a pegar a ella también. Pero bufó, apretó los puños y tensó los músculos, y se dio la vuelta para entrar en su coche y marcharse de allí a toda velocidad.

Amy se arrodilló junto a Connor y le cogió la cara entre las manos.

- ¿Estás bien?

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